Por Mateo Moreno de 5to Año
En todo nuestro recorrido por el colegio se nos plantea un objetivo, objetivo que tendríamos el honor de desarrollar al llegar a 6to año. La idea de elegir a nuestro mejor compañero, para que vista un extravagante traje negro, es un tema de conversación frecuente y tiene un gran significado de unión y amor dentro de un curso. Pero esto, que suena tan lindo y utópico, el hecho de elegir a una gran persona para que sea la cara de la promoción, arrastra una maldición que no puede superarse.
Es de público conocimiento que los valores que rodean al juego del zorro son violados de muchas formas. Las intenciones con las que se realiza esta actividad, son totalmente contrariadas a como se desarrolla.
El objetivo de ser "el más ladino", mancha el corazón puro de una promoción que se ve cegada ante la competitividad. Si bien los más grandes son quienes llevan a cabo el juego, no suelen comportarse como tal. La imparcialidad y los buenos propósitos, desaparecen al momento en que cuatro o cinco locos se disfrazan y empiezan a correr. Esta necesidad furtiva de destacar sobre otros egresados y hacer "apariciones", cada vez más descabelladas, no hace nada más que generar violencia. Violencia verbal o física, pero violencia al fin.
La conclusión a la que los 6tos años llegan, es que el zorro más ladino es también el más arriesgado. Y el riesgo de este personaje arriesga la integridad del mismo juego, campamento y comunidad en general.
Pero bueno, así es como el mismo colegio trató a esta actividad, que pasó de ser una que otra fechoría de manera esporádica, a ser un juego gigante de golpes y destreza física, dejando de lado el verdadero significado de la palabra ladino.
Ladino: adjetivo/nombre masculino y femenino
Que actúa con astucia y disimulo para conseguir lo que se propone.
Muy bien una vez repasado el significado de la tan aclamada palabra, ¿Qué piensan acerca del desenvolvimiento del juego? ¿De verdad contesta a su origen? ¿No es nada más que un intento de ostentosidad y vanagloria?
Sin tener del todo claro como dar un cierre a este pequeño texto, les pido a ustedes, presente y futuro, piensen más en las posibilidades que nos da el colegio y no queden cegados por una mínima parte del mismo. El juego del zorro no es el campamento, y mucho menos el colegio.
Sin nada más que agregar, doy por finalizada esta reflexión escrita.
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