Por Benjamín Gravano de 6to Año
La tutoría estudiantil es de los pilares más importante dentro del colegio, y a mi parecer es una de las mejores experiencias que te da. Yo la disfrute un montón como pupilo, pero el sentimiento y la emoción de ser tutor me pareció única.
Recuerdo ver a mis tutores como personas realmente grandes que podían hacer de todo y solucionar cualquier cosa, eran lo mejor que había en el colegio. Pero cuando me toco ponerme en ese lugar me sentía incapaz y dude mucho de mí. El hecho de no saber si podría realizar una buena tutoría, aportar todo a mis compañeros o si mis pupilxs no me iban a ver como yo veía a mis antiguos tutores, eran las cosas que más me preocupaban. Minutos antes de presentarme en el campamento no sabia ni a que curso ir, pero con la ayuda de mis compañeros y mis amigos me decidí por ser tutor de I° preparatorio y ayudante de II° preparatorio y 1er año, aunque al último lamentablemente tuve que abandonar a mitad de camino.
El transcurso de mi año como tutor fue algo realmente hermoso, pero como todo tiene sus momentos feos de enojos y puteadas, como cuando te hartas de repetir las mismas cosas todas las tutorías o cuando esxs pendejxs no dejan de molestarte ni un segundo al ya no dar más, pero bueno, es así como nosotros también lxs molestábamos a veces, porque a pesar de todo siguen siendo lxs mismos pendejxs que te pueden alegrar el día con cualquier pelotudes y que incluso llegan a ser ellxs quienes te enseñan a vos y no solo vos a ellxs.
La tutoría me resulto increíble, llegué a vivir situaciones que nunca me imaginé, como cuando volvimos de gira con mis compañeros y lxs pupilxs corrían a abrazar a sus tutores que tanto extrañaban, o que te reciban casi todas las mañanas con cualquier tontera que te pone de la mejor manera para arrancar el día. Esos pequeños gestos son los que suman un montón, y de alguna manera te hacen sentir que todo tu esfuerzo es valorado por ellxs.
Cuando llegamos al campamento, con mis compañeros no podíamos creer el poco tiempo que nos quedaba como tutores. La despedida fue algo muy emocionante y fuerte para mí, lloré como un culiao, no podía evitar pensar en todo lo que habían sido esas tutorías para mí, pero por suerte me encontré con mis compañeros quienes comprendían y compartían mi sentimiento.
En todo esto de la tutoría no solo conocí a mis pupilxs, sino que también conocí un poco más a mis compañeros y aprendí de ellos también, logré ver de lo que eran capaces e incluso pude abrirme mucho más hacia ellos. Mis pupilxs también me enseñaron un montón y de cada unx de ellxs pude aprender algo nuevo y distinto, ayudándome a comprender lo diferentes que son las personas por más que no parezcan.
Les agradezco a todxs mis compañeros y pupilxs, ya que de no ser por ellxs no podría haber hecho del 2019 mi mejor año en el colegio hasta ahora. La experiencia, los sentimientos, emociones y vivencias que te da la tutoría son realmente únicos, disfruten con toda, ya sean pupilxs o tutores, valoren y aprovechen este espacio que es de lo mejor que nos da el colegio.
Aprende a enseñar y enseñando aprenderás.
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